Los de Djukic salieron bien plantados, dificultando la triangulación malaguista con una eficaz posesión y aprovechando cada robo para salir con velocidad. En el minuto 9, Omar aprovechó una de esas ofensivas para realizar una jugada personal espectacular que desembocaría en gol. El canario regateó hasta tres jugadores y disparó contra las manos de Willy. Ebert disparó tras el rechazo pero golpeó en un defensa dejando el balón botando a Manucho, que no perdonó y adelanto al Valladolid.
La historia comenzaba lo mejor posible y así continúo tras el gol. El Málaga dominaba la posesión pero no conseguía generar ocasiones claras. El ataque blanquiazul no conectaba con limpieza por culpa de la presión del Pucela, de la que solo escapaban puntualmente Joaquín e Isco. Para ellos no existen grilletes.
La primera media hora del Valladolid fue notable. La telaraña funcionaba, y Manucho obligaba a Willy a jugar en largo, otorgando a Valiente y Sereno ventaja sobre Saviola o Isco. Joaquín abandonaba la banda en busca de soluciones. Corría el minuto 20 y el Málaga no había chutado a puerta mientras que los visitantes lo habían hecho en tres ocasiones. En el minuto 23, Rukavina rozó el segundo con un disparo cruzado que se fue junto al poste.
La calidad local fue inclinando el campo hacia la portería de Dani Hernández, sorpresa en el once de Djukic. Hasta que en el 37, a base de insistir, el Valladolid cometió un fallo. Dio demasiados pasos atrás, Eliseu encontró la llavé y superó a Rukavina con una pared y cedió a Isco, que recibió dentro del área, paró el tiempo ante la mirada demasiado lejana de los centrales y anotó con un elegante disparó. Empate y ofensiva local sin éxito hasta el descanso.
Tras la pausa, mismo discurso. Presión y juego directo. Demasiado directo, porque el Valladolid fue olvidándose progresivamente de defenderse atacando y permitió al Málaga alegrar su ataque. Con el cansancio empezando a picar, turno para la polémica en diez minutos locos. En el 81, Manucho vió la segunda amarilla y fue expulsado por saltar con los codos contra Wellington, que se quejó de un golpe que no se aprecia en las imágenes. En el 85, ya en inferioridad, Sereno compró el engaño de un inteligente Saviola y derribó al argentino en el área. Penalti. Dos decisiones rigurosas de las que solo se habla si están de por medio los grandes. Joaquín envió el balón a la grada pero un minuto después se redimió del fallo marcando el segundo gol malaguista.
El Valladolid cayó llevado por la corriente en un partido en el que había trabajado lo suficiente como para merecer un punto, castigado por la falta de fortuna, picardía y contundencia defensiva con el marcador favorable.
Ficha técnica
Málaga: Caballero; Gámez, Demichelis, Weligton, Eliseu; Recio (Duda, m.68), Camacho; Joaquín, Isco, Portillo (Santa Cruz, m.59); Saviola (Saba, m.86).
Real Valladolid: Dani Hernández; Rukavina, Sereno, Valiente, Balenziaga; Baraja (Neira, m.85), Víctor Pérez; Ebert, Óscar, Omar (Alberto Bueno, m.75); y Manucho.
Goles: 0-1 (m.8), Manucho. 1-1 (m.36) Isco. 2-1 (m.86), Joaquín.
Árbitro: Iglesias Villanueva (gallego). Cartulina amarilla a Demichelis, Omar, Valiente, Sereno y Ebert. Roja por doble amarilla a Manucho (m. 80).
Foto: Norte de Castilla
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