Todos lo hemos oído o leído alguna vez. Alguien anotó 100 puntos en un partido NBA. Fue hace mucho, mucho tiempo. Ese partido no se televisó ni se narró por radio. Ocurrió hace exactamente 50 años, el 02/03/1962.
El afortunado en conseguirlo fue Wilt Chamberlain, pívot de los Philadelphia Warriors, que vencieron por 169-147 a los New York Knicks:
Esa noche jugaban los Philadelphia Warriors en la ciudad del amor fraternal. Daba igual. Ni la situación del equipo, ya clasificado para los 'playoffs', ni el rival, los New York Knicks, eran reclamo suficiente para un público que prefería ocupar su tiempo en otras actividades. Grave error. Sólo 4.124 valientes cruzaron aquella tarde Chocolate Avenue para acercarse al Hersheypark Arena. Gran parte de la prensa ni siquiera envió allí a sus cronistas. Era un partido sin importancia y le pidieron a Harvey Pollack, encargado de tomar nota de las estadísticas de los partidos de los de Philadelphia, que tras finalizar el choque les contase lo que allí hubiera pasado. Un error que nunca se perdonarían.
Wilt Chamberlain, el hombre récord por excelencia de la NBA, llegaba a su pabellón, relajado y tras ganar a sus compañeros a unas partidas de pinball, una sola idéa empezó a cruzar su mente: anotar y mantener sus 50 puntos... ¡de media! de la temporada. Wilt "The Stilt" Chamberlain medía 216 centímetros y pesaba 130 kilos, lo que para la época era un auténtico gigante. Con un cuerpo bien esculpido, su velocidad, potencia y coordinación eran algo sobrenatural. En su año de debut consiguió ganar el MVP del All Star, el premio al Novato del año y el MVP de la fase regular.
Chamberlain anotó los primeros cinco primeros tiros que intentó. Algo especial estaba a punto de suceder. El pívot finalizó el primer cuarto con 23 puntos en su haber y habiendo anotado los nueve tiros libres que había intentado.El segundo cuarto empezó de la misma manera. Con Chamberlain imparable y con los Knicks desesperados por parar la que les estaba cayendo encima.
Llegó el descanso. Chamberlain enfilaba el camino de los vestuarios con total normalidad a pesar de los 41 puntos que ya llevaba en el zurrón. Guy Rodgers, jugador de los Warriors, entró en el vestuario y gritó : "Pasársela a Wilt, a ver cuántos puntos puede meter". El vestuario entero se giró hacia Chamberlain y después miró al entrenador. Ambos asintieron y dieron su conformidad a la nueva 'táctica'.
Apenas había pasado un minuto del 3º cuarto cuando Chamberlain ya había superado los 50 puntos. Ni siquiera las triples y cuadruples defensas planteadas por los Knicks eran capaces de frenar a Chamberlain. LLegaba el final del tercer cuarto y ya sumaba 69 puntos.
4º cuarto. Faltaban dos minutos y medio y sumaba 92 puntos. Quedaban seis. En la siguiente posesión, Chamberlain metió un tiro a tablero e inmediatamente después una bandeja. Quedaba poco más de minuto y medio por jugarse y Chamberlain dejaba el récord en 98 puntos.
A falta de 46 segundos Wilt se elevó cerca del aro y tras lanzar la bola contra el tablero, la esfera naranja se introdujo en la red. Lo había logrado. Chamberlain acababa de anotar su punto número 100. Una cifra sin parangón que provocó la locura de los pocos aficionados allí presentes.
Se produjo una invasión de campo por parte del público. Todos querían tocar al gigante, comprobar que aquel superhéroe era de carne y hueso.
Los 46 segundos que quedaban no se jugaron. Daba igual, el partido estaba decidido ya y la ocasión merecía un festejo ''in situ''
Una exhibición sin parangón a la que el propio Chamberlain no le dio mérito. Porque era insaciable. Siempre quería más. De hecho, no le dio importancia porque estaba seguro de que podía haber llegado hasta... ¡los 140 puntos! Y así lo afirmó sin rubor tras el choque. "Si me hubiera dedicado sólo al baloncesto y no hubiera salido la noche anterior, habría llegado a los 140. No fue tan asombroso", concluyó un gigante que aquella noche consiguió una gesta que, hasta ahora, nadie ha podido igualar.
Un record que perdurará mientras dure la NBA, salvo que occurra otra noche de orgía anotadora (como la que padeció Kobe Bryant ante los Raptors en 2006 con 81 puntos) que a dia de hoy, tal y como está configurada la NBA, es impensable que se repita.
Informa: Salva Rodriguez
@SalvaRodriguez5 en Twitter
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