Francia se ha clasificado para la tercera final de una Copa del Mundo de Rugby, después de ganar por un ajustado marcador (9-8) a la selección de Gales. Francia, ya una habitual en semifinales, llegaba tras derrotar a Inglaterra en un gran partido del “rugby champagne”. Los galeses, gran sorpresa del torneo, vencieron en cuartos a Irlanda, provocando una semifinal propia del VI Naciones.
El partido dejó claro lo que se
jugaban los dos equipos,
muchos nervios e imprecisiones en un partido que se decidió por el acierto de Francia en el pateo a palos. Incluso hubo una tarjeta roja al galés Warburton por un placaje brutal. Gales se puso por delante nada más empezar el partido gracias a una patada de Hook . Francia, que no enc
ontró en ningún momento el camino hacia el ensayo volteó el marcador gracias a Morgan Parra, mucho más acertado que los pateadores galeses.
muchos nervios e imprecisiones en un partido que se decidió por el acierto de Francia en el pateo a palos. Incluso hubo una tarjeta roja al galés Warburton por un placaje brutal. Gales se puso por delante nada más empezar el partido gracias a una patada de Hook . Francia, que no enc
ontró en ningún momento el camino hacia el ensayo volteó el marcador gracias a Morgan Parra, mucho más acertado que los pateadores galeses.
En la segunda parte, ya con el 9-3 en
el marcador, Gales se lanzó hacia el ensayo. Este llegó con más de
10 minutos por jugar, y podría haber puesto a Gales por delante,
pero fallaron la conversión. Mike Phillips conseguía plantar el
oval gracias a una gran jugada individual. Asimismo, tuvieron hasta
el final dos oportunidades más con sendos golpes de castigo que
fallaron, uno de ellos por escasos centímetros. Los nervios jugaron
una mala pasada a Gales, que ha perdido una oportunidad histórica de
clasificarse para una final del Mundial de Rugby. Tuvieron patadas
fáciles para vencer a los franceses, pero se vieron abrumados ante
el peso de la final. Pese a todo, histórico resultado para Gales,
que tiene la oportunidad de igualar el 3º puesto de 1987.
Los franceses, sin desplegar el juego
vistoso que vimos ante Inglaterra, llegan a una final con la que
probablemente no contaban antes del torneo y repiten la actuación
del primer Mundial de 1987, celebrado también en Nueva Zelanda. Sin
embargo, si quieren hacer frente a Australia o Nueva Zelanda, deben
estar mucho más incisivos o pasarán por la final sin pena ni
gloria.
Informa: Eduardo Parra
Twitter: @Edu__Parra
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